Lugar de encuentro entre la Europa occidental y la central, la Selva Negra permite encontrarse con la historia del viejo continente. Sus montañas cubiertas de bosques forman la línea divisoria entre las cuencas del Rhin y del Danubio, que nace en sus laderas . Ocupa una franja montañosa de 150 kilómetros de norte a sur que invita a ser recorrida por partes. El sur alberga los paisajes más calidos de Alemania, además de una naturaleza casi intacta de colinas y bosques que dan paso a prados y cultivos en torno a monasterios, granjas y pueblos, en las tierras bajas aparecen las ciudades de comerciantes, emplazadas a orillas de los grandes ríos navegables. Una de las poblaciones más prósperas es Friburgo. Universitaria, vitalista y animada, es el punto de partida para cualquier ruta a través de la Selva Negra, una región de bosques y pueblos tradicionales.